martes, 25 de febrero de 2014

Santa Joaquina de Vedruna

Santa Joaquina de Vedruna nació en 1783 en Barcelona y cuya familia era muy católica. La niña desde muy pequeña tuvo mucha devoción al niño Jesús y algo que le caracterizó desde pequeña fue su gran amor a la limpieza. No toleraba ninguna mancha en sus vestidos y esto la llevó a no tolerar pecados en su alma.
A los 12 años ya sentía una gran devoción religiosa pero las monjas carmelitas no la aceptaron por ser todavía pequeña para dedicarse a esta vocación.

A los 16 años contrajo matrimonio con Teodoro de Mas, con el cuál tuvo 8 hijos. Cuando Napoleón invadió España, su esposo tuvo que marchar a la guerra y Joaquina tuvo que huir de Barcelona junto con sus hijos a la ciudad de Vich. Poco después se quedó viuda y al cargo de sus 8 hijos. Desde aquel día se dedicó a cuidar de los pobres y asistir a los enfermos en los hospitales. La gente creyó que se estaba volviendo loca por la muerte de su marido, pero se dieron cuenta de que todas sus energías eran para ayudar a los que padecían miseria o enfermedad, se estaba convirtiendo en una santa.
Cuatro de sus hijas fueron religiosas y cuatro de sus hijos se fueron casando y ella quedó libre de responsabilidad hogareña. Ahora podía realizar su gran deseo de cuando era niña: ser religiosa.
Joaquina dedicó el resto de su vida a actividades de enseñanza y asistencia de enfermos, para lo cual su director espiritual, el capuchino Esteban de Olot le sugirió que fundara en 1826 la Congregación de las Hermanas Carmelitas de la Caridad y el obispo de Vich, Pablo Jesús Corcuera, le pidió que fuera de inspiración carmelita. Después de su profesión religiosa ante el obispo de Vich inicia su obra de fundadora el 26 de febrero del mismo año con ocho religiosas. Poco a poco se le fueron uniendo más religiosas, y juntas fueron fundando hospitales y escuelas.
Por último, la enfermedad la obligó a abandonar su puesto como superiora de la orden y, aunque falleció debido a un brote de cólera en Barcelona, durante los cuatro últimos años de su vida fue víctima paulatina de parálisis. Falleció el 28 de agosto de 1854 a la edad de 71 años.
Joaquina era conocida por su gran sentido de la oración, confianza profunda en Dios y caridad desinteresada. Fue beatificada por el papa Pío XII en 1940 y canonizada en 1959por el papa Juan XXIII.


Su festividad se celebra el 22 de mayo.

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